EL BARDO

Yo siempre fui el niño más feo de la raza de la colonia. 

Bueno, si no era el más feo era el menos destacado. 

Y si no fue así, que es lo peor, resulta que yo pensaba que así era. 

Por aquellos años la radio que yo escuchaba era la de las estaciones de mi mamá y mis tías. Al principio, con papá teníamos una tele en blanco y negro montada en un mueble que tenía radio y tocadiscos; al descomponerse no tuvimos tele hasta no se cuántos años después, así que solo escuchábamos la radio. 

En casa, mamá compró después un modular que tenía radio y tocadiscos de color café con beige. Teníamos además una radio portátil de color verde en el que escuchábamos la programación de la MR, con Jesús Soltero y, en ocasiones, cuando no estaba mamá, de la RG (antes de ser "deportiva") o la 99. 

Lo que yo tengo muy presente es que después de la muerte de papá yo escuché mucho la radio en el reloj despertador que teníamos mi hermano y yo. Generalmente leíamos mucho antes de dormir pero luego, después de que mamá nos llamaba la atención por no dormirnos, yo me dormía escuchando la radio. Creo que a raíz de eso es que me se hoy muchas canciones de las "viejitas", aunque no puedo cantarlas yo solo, si las escucho en la radio o que alguien las canta, puedo seguir la canción y cantarla. Pero si quiero cantarla yo no me acuerdo de la letra. 

El caso es que por aquellos años salió una canción que a mi me gustaba mucho porque narraba la historia de un hombre que amaba a una mujer pero, por la circunstancia de la diferencia de nivel social (o por que el hombre en cuestión se daba a menos), nunca le dijo nada a la chica en cuestión. 

Yo me identificaba con la rola porque a mi me gustaba una vecina, pero (de ahí lo comentado al inicio de esta entrada) yo nunca le dije nada porque las muchachas de la colonia se fijaban en los más guapos o sobresalientes en lo físico o deportivo. Sin embargo, en el fondo, soñaba (o deseaba) que al final, cuando se supiera todo, la vecina iba a confesar que ella también me quería...

Desde chico se me daba lo del melodrama... pero en fin, que esa rola me recuerda aquella época de la niñez en que descubrimos al sexo opuesto y empezamos "a andar" por la vecina(o) de la colonia, (en mi caso, como estuve en el Regio Contry que por aquel entonces era exclusivo para varones) o por alguna compañera de la escuela. 

Es por eso que la rola de "el Bardo" (les debo el autor y el intérprete ya que no pude localizar los que me tocaron en mi época) forma parte de la Banda Sonora de mi Vida y que en estas celebraciones de mi primer cincuentenario les comparto.