Mi banda sonora

Blog en el que se publican notas y videos relacionados con las canciones y autores de mi preferencia por su letra o su música (o porque me da la gana) y que han formado parte de mi historia.

miércoles, 1 de enero de 2014

EL CASO DE LA RUBIA PLATINO

He aquí otra obra magistral (para mi gusto) de Joaquín Sabina.

"El caso de la rubia platino" es una "película" cuyo vídeo tiene más de dos millones de versiones en la secuencia de las imágenes, tantas como los los seguidores en facebook de alguna de las páginas a su nombre. 

La rola narra las andanzas de un ex policía secreto echado a menos a quien le encargan la desaparición de una mujer, misión en la que se embarca por la recompensa que recibiría sin tomar en cuenta el riesgo que implicaba: enamorarse. 

"El caso de la rubia platino" empieza con la narración del detective que te va envolviendo en la escenas de su aventura, describiendo situaciones, exteriorizando sus pensamientos y compartiendo sus sentimientos; hasta que te lleva a la situación real en la que se encuentra: declarando ante el jurado por el crimen que se le imputa, en la cual se confiesa culpable de ceder ante el impulso de ganar dinero a costa de sus sentimientos. 

Me imagino los hechos iniciando en una toma cerrada del detective en la cual va narrando su "experiencia" mezclándose con escenas de flashback en las que aparece el, la mujer y los diferentes personajes; mientras la toma se va abriendo alternando con las situaciones descritas hasta que termina en la silla de los acusados en un juicio ante el jurado. 

"El caso de la rubia platino" es la séptima canción del álbum "19 días y 500 noches", publicado en septiembre de 1999, siendo el disco número 14 de Sabina, por le cual ganó el premio Ondas como mejor artista español de 1999 y recibió cuatro discos de platino. La letra es de Joaquín Sabina y la música es del mismo Sabina, Alejo Stivel y Berro.

Con una batería dominante, un rítmico bajo y un par de eléctricas con buen acompañamiento y requinto, aparte de la originalidad de la letra y la buena idea de la historia por su final, esta rola forma parte de la Banda Sonora de mi Vida. 

Aquí les comparto música y letra para que ustedes imaginen el video,,,


EL CASO DE LA RUBIA PLATINO
Letra: Joaquín Sabina
Música: Sabina-Stivel-Berro

Me adelantó un talón de setecientas,
más gastos, sin contar otras quinientas
en fichas del casino,
mi último tren llegaba con retraso,
así que decidí aceptar el caso
de la rubia platino.
Yo era un huele-braguetas sin licencia,
quemado en la secreta por tenencia,
extorsión y líos de faldas,
estaba, como buen ex-policía,
a sueldo de un pez gordo, que sabia
cubrirse las espaldas.
Ninguna zorra vale ese dinero,
pensé, mientras dejaba mi sombrero
nuevo en el guardarropa,
cantaba regular, pero movía
el culo, con un swing, que derretía
el hielo de las copas.
Cuando salió, por fin, del reservado,
sentí que las campanas del pasado
repicaban a duelo,
la última vez que oí esa melodía
me recetaron tres años y un día,
más IVA, en la Modelo.
Para jugar al Black Jack y ser un duro,
andar escaso de efectivo
es igual que pretender envidar,
con un farol, al futuro,
no por casualidad
me temen en los casinos,
me daban diez de los grandes por el caso
de la rubia platino.
Los besos que te dan las chicas malas
salen más caros cuando los regalan
y huelen a fracaso,
pero el croupier me echaba cartas buenas
y la rubia platino era morena
y el caso era un gran caso.
En un bistró, del puerto de Marsella
nos fuimos demorando, entre botella
y botella de Oporto:
-”Los que pusieron precio a tu cabeza-
le dije exagerando su belleza,
- se habían quedado cortos”-
Puede que me estuviera enamorando,
porque, antes del café, cambié de bando,
de hotel y de sombrero.
Mi viejo puso un cuarto, con dos camas,
fingiendo que la dama era una dama
y su hijo un caballero.
Ni siquiera, señores del jurado,
padezco, como alega mi abogado,
locura transitoria.
Disparé al corazón que yo quería,
con premeditación, alevosía
y más pena que gloria.
Para jugar al Black Jack y ser un duro,
andar escaso de efectivo
es igual que pretender envidar,
con un farol, al futuro,
no por casualidad
me temen en los casinos,
diez de los grandes por seguirle, los pasos,
a la rubia platino.
Para volver a ser alguien, en el ambiente,
necesitaba un par de buenos clientes,
algo para mis vicios y un despacho decente,
no dan para comer las putas del barrio chino,
todos los lunes no me encargan el caso
de la rubia platino.
Para no ser un cadáver, en el tranvía,
aparte de tener gramática parda
hay que saber, que las faldas, son una lotería;
con luz de gas brilló mi lámpara de Aladino…
me daban diez de los grandes
por el caso de la rubia platino.

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